La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Se han logrado avances durante las últimas décadas, aunque no son suficientes estamos lejos de alcanzar la igualdad de género para 2030.

Las mujeres y niñas constituyen la mitad de la población mundial y, por tanto, también la mitad de su potencial. Pero la desigualdad de género prevalece y estanca el progreso social.

La falta de oportunidades laborales, discriminación, brecha salarial, el acoso y otras formas de violencia hacia las mujeres, son algunos de los obstáculos comunes para la equidad de género en el trabajo.

Las mujeres ganan un 23 % menos que los hombres en el mercado laboral mundial y dedican el triple de horas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado más que los hombres.

Hacer visibles las desigualdades que afectan a las mujeres, y promover las transformaciones necesarias para impulsar la equidad de género en los centros de trabajo es justo y muy oportuno para poder llegar a la igualdad y tener más consideraciones o que estas sean iguales para todos de a cuerdo con las actividades que cada uno realice.

La equidad de género permite a las mujeres y hombres gozar de las mismas oportunidades, condiciones y formas en las que como seres humanos deben ser tratados, sin dejar de lado las particularidades de cada uno de ellos, es decir para poder alcanzar la equidad debemos incorporar las desventajas que históricamente han arrastrado las mujeres.

Es importante mencionar que para este tiempo muchas cosas han cambiado y muchas cosas han evolucionado, pero son muchas mas las que se deben erradicar para poder tener esa igualdad que por años las mujeres han peleado y muchas veces sin tener respuestas favorables, y que sean de fortalecimiento y crecimiento palpable, visible para todos.

La igualdad de oportunidades debe ser integra de la inclusión laboral, que a su vez sea indispensable para lograr un sentido de pertenencia misma que ayuda a empoderamiento de la mujer, que se peda sentir segura en todos los aspectos y que sean cuantificables los beneficios de la igualdad.

La igualdad de género es un derecho humano fundamental, independientemente del país de residencia. Avanzar en la igualdad de género es fundamental para crear una sociedad sana en todos sus ámbitos, desde la reducción de la pobreza hasta la promoción de la salud, la educación, la protección y el bienestar de niñas y niños.

Un dato importante que debemos mencionar es que los países con mayor equidad de género en el trabajo son los que presentan menores niveles de violencia de genero y son los que muestran una mejor calidad de vida, con el simple hecho de fomentar una cultura, igualitaria podemos contribuir a tener mejores resultados y una vida más plena sin dependencia.