Oscar Sierra
La continuidad de la presidencia de doña Xiomara es un deber consolidarlo, por tres razones subyacentes; primero toma un país en tinieblas, en derrumbe, en la miseria y saqueado hasta el tuétano. Se rumora que no hay ninguna otra persona de la familia Zelaya Castro que aspire al poder, eso lo aseguró el hermano del expresidente Manuel Zelaya Rosales, hace unos días. No obstante, no es ridículo pensar en la segunda razón, el tono, el timbre, el acento de un gobierno que ha llegado a los pueblos, a las comunidades, que ha resuelto por lo menos asuntos económicos básicos, que ha obrado de acorde a un plan de alivio con respecto a la destrucción burocrática que recibió. Por lo que la articulación de un gabinete que estaba secuestrado por los cachurecos, no ha sido fácil arrancárselos de las manos, la influencia de este partido azulenco es persistente, la disputa de una campaña mediática de desprestigio, de guerra contra el partido Libre.
Es importantísimo retomar la idea de que no pueden regresar los cachos al poder, sería retroceder dos décadas, sería volver a poner a la patria en la máxima peligrosidad política democrática. No expreso esto, porque quisiera quedar bien con el partido de turno, tampoco soy un adepto, es sencillamente, que Libre es un partido nacido en el dolor del pueblo y para el pueblo, y queramos o no, no podemos caer en el desencanto, tenemos que contener la fe que la situación de resiliencia económica va a mejorar, y que resulta necesario ver que Libre, tiene esa mirada precisa y exacta: La teoría crítica marxista es una perspectiva teórica valiosa para analizar el carácter y la naturaleza contradictoria y asimétrica de la economía mundial porque logra vincular la noción de desarrollo desigual a las diferentes posiciones que asumen las personas y los países en el proceso económico. Lo que significa que no es fácil que salgamos en el agujero negro donde nos dejaron los cachurecos en 12 años de robo, hurto, corrupción, no es fácil, los asuntos complejos de país, necesitan medianos y largos plazos para mejorarlos.
No es nada fácil comprender que doña Xiomara se ha enfrentado a una pandilla de conservadores que siguen siendo tóxicos y demagógicos al confrontar el verdadero acto de hacer patria. No expreso esto, repito, porque no es cierto que el gobierno es pésimo, aunque he disparado mis críticas abruptas al gobierno, ratifico de alguna manera que es parte de la dialéctica, pero tampoco, es que puedo estar en contra de un partido, repito, que nos ha visto luchar, morir, desangrarnos. Por ello, la voluntad política está en el soberano, su misión es abrir una óptica que revise lo que los medios están provocando cuando son tarifados por el narcotráfico.
Además, que ya se están cortando las uñas a los ladrones, a redes vinculadas a delitos gravísimos contra la cosa pública, como es la red de diputados. Por eso debemos fortalecer una hegemonía positiva en términos de Gramsci: En primera instancia, señalamos que la construcción de hegemonía contiene un sustrato material vinculado a la estructura. Como sostiene Campione, “no hay hegemonía sin base estructural, la clase hegemónica debe ser una clase principal de la estructura de la sociedad, que pueda aparecer como la clase progresiva que realiza los intereses de toda la sociedad” (2007.p.75). En otras palabras, la ideología que debe movernos es que la juntura de todas las fuerzas populares que constriñeron al poder contrario para dejar el poder y cederlos, debe contenerse tanto en la superestructura como en la estructura, para que los movimientos sociales, dinamicen esa dialéctica que nos dejara la fuerza de que los malévolos políticos no usen al mismo pueblo que nos llevó al poder como cornezuelo, o golpe de martillo, que haría que la contra hegemonía que es el partido nacional quiere aprovechar de forma cínica e ignorante hablándole al pueblo que el gobierno en dos años no ha resuelto los problemas críticos que ellos mismos dejaron, es una falacia por parte de los cachurecos, el pueblo debe seguir entendiendo que el partido Libre es la única opción que seguimos teniendo, que la oportunidad de reelegir o de continuar, no está contaminada de ninguna idea de dictaduras o de gobiernos despóticos.
Esto está relacionado con la idea de Gramsci (2008) de que las sociedades son un bloque histórico definido por una relación de reciprocidad, un proceso dialéctico real, entre la estructura y las superestructuras. Las superestructuras son un conjunto complejo, contradictorio y discordante que expresan las relaciones de producción y no son simplemente un «resultado», sino un conjunto de distintos elementos políticos, jurídicos, ideológicos y culturales con entidades distintas. «La pretensión […] de presentar y exponer cada fluctuación de la política y la ideología como una expresión inmediata de la estructura, debe ser teóricamente combatida como un infantilismo primitivo, y prácticamente con el testimonio auténtico de Marx», afirma Gramsci (2008: 104). Aunque, por cierto, Sartori nos expresa: para dicho autor, la teoría de la democracia presupone no solo una dimensión operacional, sino también un elemento normativo. De allí que la democracia solo se entienda a partir de la tensión entre hechos y valores, lo cual permite incorporar en su conceptualización las condiciones históricas que la originaron y hacen que todavía pueda tener sentido seguir luchando por ella (Sartori, 1986, p. 27).
Por lo tanto, si se define la democracia reconociendo la tensión entre descripción y prescripción, se abre ante nosotros el horizonte de una idea regulativa de simetría y reciprocidad en las relaciones sociales y de continua posibilidad de una mayor inclusión. En otras palabras, la democracia que cultiva Libre, es participativa, y aunque loas cambios no sean oportunamente inmediatos, trabaja bajo exigencias políticas bajo la lealtad, cuidándose de los posibles traidores que le dieron la puñalada trapera en el 2009 en el golpe de Estado al esposo Manuel Zelaya Rosales. Por ello, de “familión” es inadecuado expresarlo en tono de seriedad, el concepto de familia es una vía lateral constitutiva de confianza, cuando uno dirige una empresa, uno fía de la familia para que todo marche bien. Todo lo que he expresado, no es por ser aficionado del partido libre, o seguidor de doña Xiomara, soy admirador silencioso, hago mis críticas, pero al mismo tiempo soy defensor arduo de su administración, y desde mi silencio cuido sus espaldas de que ningún funcionario cometer errores o alguno diputado cometa yerros que le podrían dejar en mal. Necesitamos otros cuatro años y ocho. Debemos ir visualizando que el país va a mejorar.
