Literatura Mi país

Mi país

Todos, comentan; nos jactábamos de ser un país de gente feliz, que vestía de música y sol en una playa ultrajada en otro idioma.

Mi país, dicen:

Crematorio

en 3 D,

cámara maldita

de huesos pútridos,

nace un río de sanguinarias abejas, atacan.

Intermitente noticia:

Se engrifan los lienzos drogadictos

de la inocencia.

Antes, nos repiten:

navegábamos en fosas sépticas

de respeto

y alcantarillas de honestidad.

La libertad se prostituía

con sellos de barra

Y jugaba a vender harina prohibida.

Se podía ir de un lugar a otro,

sin miedo a que nos cortaran la diástole,

y nos dejaran como un perro sin dueño

a orillas de un despeñadero.

Todos, comentan;

nos jactábamos de ser un país

de gente feliz,

que vestía de música y sol

en una playa ultrajada

en otro idioma.

Toda caja fuerte

de la patria  es grisácea,

y las noticias enfermas

desde muy temprano

muerden sus nidos

de serpientes televisivas,

 un nido de larvas indeseables

usan bifocales

para duplicar la sucia honradez

de los marsupiales,

que vierten

olores nauseabundos

desde sus axilas drogadas

por un jacuzzi errante.

¿Cuándo comenzó este romance x el odio ?

¿Cuándo la muerte se volvió

ataúd nuestro de cada día?

¿Por qué nos transdeshumanizamos?

¿En qué momento nos dieron licencia

 para ser cavernícolas y matarnos?

Vivimos, redundan:

El arácnido de la crisis fecunda

Y aflora aguijones de zapatos de tacón

Y una corbata malévola baila

Al son del crimen,

la inseguridad, el desempleo

ganan premio nobel

y  la injusticia con la miss-seria

hacen su pasarela de sexo

en la cara de payaso

de un juez con peluca made in USA.

Nos han robado, insisten:

nos han robado el himen

de una bandera sin pasaporte,

la constitución con su ley de la demanda y oferta

inaugura supermercados de antifaces.

Nos han dejado con la hache entosijada

Por una grulla de moscas

con títulos de licenciados

Y un sombrero juguetón se burla

De la incertidumbre.

Al otro lado la desconfianza

Es una puerta de escape,

Que pule féretros

Para coleccionar cadáveres

De votantes hambrientos.

En la mesa, explican:

los platos diabéticos

se llenan de vacío,

y la risa cepilla su autoestima

con el   esqueleto

de una tortilla vestida de hostia

para no perder el ultimo

viaje a la fe.

Los libros hablan de como alcanzar

El éxito del fracaso,

y la educación es un lujo

que nos empuja a seguir siendo esclavos

de nosotros mismos.

Todo lo han privatizado, señalan:

Mercadean la salvación pastores

Con manos de escorpión

Y tarjetas MasterCard

predicando el santo evangelio.

Un diputado con rostro

de un cerdo diplomático

esputa nuestra cara,

bajo el terrible peso de sus zapatillas mágicas,

aplasta nuestro orgullo,

con sus risas blanquecinas maquilladas

de hipocresía.

Este es el país, vociferan:

el país de  absurdos tórax

 con llantas quemadas.

Nos venden a gallo muerto

Nuestro cóccix avejentado.

Un país donde una mujer se viste de sinceridad

Para hablarnos de mentiras

Y donde un expresidente se jubila alegre

En hotels privados 5 stars en New York.

Un país invertido al revés,

Donde la  justicia es para nadie,

y donde nada, absolutamente nadie,     

está x debajo de la ley.

Mi país, pregunto,

¿Es tan transparente como muchos lo pintan

o realmente mi país, con sus matices

puede distinguirse entre las más sublimes

maravillas del crimen?

Pregunto, tan sólo pregunto.

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