Quintín Soriano, Quintín, su reino llega a su fin.
Las esperanzas ,se pierden, como aves en la noche.
La caldera se calienta, a cien grados de calor
Se está quemando el hombron, en el centro de la hoguera.
Sin encontrar solución, a este tedioso problema,
Los protestantes persisten, no le sueltan la Chalana.
La situación está perra, para este zorro frustrado
No tiene la vara mágica, para correr a los mercaderes
Los órganos judiciales, sólo observan el desmadre.
Los polizontes todavía no lanzan sus dulces gases.
No tiene poder el edil, para derogar, lo pactado.
La maldita terminal, la manzana del conflicto
Un hombre solitario y triste, en una calle sin salida
Los estrategas de arriba, mueven, piezas del tablero.
Preparándole el tamal, para sacarlo del juego.
Tiene miedo el Negro Quintín, le arrebaten la corona.
El poder pleno obnubila; fácil se labra la estaca.
Se cometen mil abusos, no se piensa en la resaca.
Ahí están los resultados, cuando no se respetan las masas.
No hubo escrúpulos ,para dar luz verde, al negocio.
Hoy, el pueblo se pregunta, ¿Cuándo termina el molote?
Pese que las partes dialogan, no se mira el humo blanco.
Quintín Soriano, Quintín, su reino, llega a su fin
¿Qué fieras están, detrás, del tremendo despelote?
La Dama de Hierro, ¿cobra al pupillo de Nasralla?
¿Tiene pernos pendientes, con la poderosa dama?
La rapidez es la esencia de la guerra, señor alcalde.
Póngase pilas, porque camarón que se duerme.
Antonioni Maradiaga R
Choluteca,Honduras