Por: José Antonio Maradiaga R.
Descubierta en 1882 por el médico alemán Robert Koch, la tuberculosis continúa siendo una amenaza seria para la salud pública en Centroamérica. Honduras no es la excepción, con 705 casos registrados en lo que va del 2025. A pesar de los avances médicos, el país enfrenta grandes desafíos para frenar su propagación.
Esta enfermedad infecciosa, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, se transmite a través del aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla sin las debidas precauciones. La falta de información y prevención sigue facilitando el contagio, convirtiéndola en una de las principales preocupaciones sanitarias.
Los factores que impulsan la propagación de la tuberculosis incluyen el hacinamiento en viviendas y cárceles, la desnutrición y enfermedades como el VIH, que debilitan el sistema inmunológico. En zonas vulnerables, el acceso limitado a diagnóstico y tratamiento agrava la situación.
Cada año, alrededor de 110 hondureños pierden la vida a causa de esta enfermedad. El sistema de salud, marcado por el déficit de medicamentos y la escasez de personal médico, dificulta la respuesta eficaz ante el problema. Sin recursos suficientes, los esfuerzos por contener la tuberculosis resultan insuficientes.
Si bien el gobierno ha implementado leyes para atender esta crisis, la realidad muestra un sistema sanitario debilitado, incapaz de ofrecer una cobertura eficiente a los afectados. La tuberculosis requiere un enfoque integral que garantice diagnóstico oportuno, tratamiento adecuado y campañas de prevención efectivas.
Las estrategias nacionales deben fortalecerse para enfrentar este problema de salud pública. La inversión en infraestructura médica, la capacitación de profesionales y el acceso a tratamientos gratuitos son esenciales para reducir la incidencia de casos y salvar vidas.
Honduras se encuentra ante un desafío urgente: reconocer la tuberculosis como una crisis sanitaria que demanda acciones inmediatas. Solo con compromiso y planificación estructurada se podrá reducir su impacto y proteger a las poblaciones más vulnerables.