Ya vienen las elecciones, se aproximan. No perdamos el wifi de la democracia. Aunque por miles de bites gana la cleptocracia o la meritocracia. La máquina errátil de los que aspiran a ser presidente ha perdido ya tiempos la cartografía que puede orientar a este país en la arena movediza de la crisis. Aunque, Nasrralla ya perdió la clave de su razonamiento y la contraseña de la verdad, se ha dejado infectar por el virus satelital de la ultraderecha al venderle en bandeja de plata la patria. Este señor proclive para cambiar de chip cada vez que habla en el Zoom del pueblo; lo hemos enredado en la web de las equivocaciones al señalar con pajería y falacia los errores del gobierno de turno. Este ñor de la TV, se cree muy inteligentonto, digamos, que quiere jugar al dirty Play en enrolarnos en su discurso vacío y absurdo.
Por el otro lado, el tal Papi, tartamudo cachureco, que anda más perdido que un celular en la luna, con desafinado gritos, no se da cuenta de que su partido está podrido en todas las televisoras del mundo, donde se apantalla con verdad que tienen un presidente preso por narco en New York, aunque algunos dicen que anda de playa tuiteando. En este país, todos queremos el poder, todos queremos ser ricos con la pobreza del pobre, y el pobre quiere ser millonario con la riqueza del rico. Perdón la repetición, ibidem.
Hay dos formas de ir a votar: apoyar a la abogada Rixi que presenta un planteamiento concreto, continuar con la refundación de Honduras, seguir con los cambios de doña Xiomara Castro. La segunda, es equivocarnos, al votar por los susodichos, que esperan las elecciones, para pajear al pueblo, con sus grandiosas retóricas inservibles. Votar por Rixi, es la única opción para las próximas elecciones, votar por los nueve diputados de Libre de mi amado Departamento de Choluteca, Votar por Saúl Carranza para sacar del abandono que se encuentra nuestra sultana del, es un deber hacerlo. No lo digo por carisma. Si no, por convicción y sabiduría.
