Antonioni Maradiaga
Andrónico Bocanegra, es un viejo profesor, que duda y cuestiona todo lo que mira, oye y toca. Es un inquieto indio Chorotega, un viejo educador, que se ufana de ser curioso, tapudo y criticón. Es como Tomas, que duda del martirio que el Mesías vive en carne propia. Él dice, hasta no ver no creer. Duda que la contaminada tierra baile velozmente como el humilde trompo, para cumplir con su perfecta orbita; pero tampoco duda, que algunos ediles de alcaldías de la otrora. Hubieras, dan vueltas como la peonza, tatarata, al final no hacen algo, para erradicar el subdesarrollo de sus dominios.
Duda que el satélite natural, de la tierra, vague, como una atleta perturbada, sin derecho a vacaciones, así como los privilegiados del poder judicial, que se pierden un mes, para darse, la gran vida, olvidando la mora judicial, que tienen en las espaldas.
Solamente admira y observa el trajinar del turbulento mar, y se pregunta ¿si así fueran de diligentes padrinos de la patria herida, otro gallo nos cantara?
Duda, de la perpetuidad de la estrella mayor, y afirma que algún día, se hará añicos, como un cristal, y quedaremos en penumbras pegando contra los postes. ¡Este profesor es cosa seria!
Este raro varón fantasea, hasta con la infidelidad de su mujer, pues desconfía, que con el vecino, le pone los de carey.
Andrónico es famoso en la franja, Chorotega por sus críticas delirantes a todo lo que mira y escucha y toca. Duda y detesta los políticos espurios y asegura, que la puerca política y zorra democracia, son rameras, del mismo lupanar.
Este longevo pedagogo le gusta jugar con fuego, no tiene temor, pudrirse en las pestilentes cárceles del reino, por injurioso y difamador.
En el coco de este veterano, las traviesas dudas, entran y salen como abejas locas de un panal alborotado.
Con Andrónico, nunca se sabe.
Mis panas del mundo. Gracias. Luego, nos encontraremos.